Por fin, como cada año después de la visita de los Reyes Magos, los españolitos de a pie regresamos a nuestra rutina llenos de buenos propósitos que, juramos y perjuramos, este año haremos realidad.
Y yo, como no podía ser menos, también los tengo y prometo ponerme a ello con la mayor de las ilusiones. Porque, hay que ver, el buen humor del que hago gala con la que nos está cayendo encima... Claro que, puesto que de nada sirve lamentarse ni quejarse, prefiero afrontar este nuevo ejercicio fiscal con optimismo, por aquello de que uno recoge aquello que siembra.
Así que lo primero que tengo intención de hacer es terminar la novela que empecé el año pasado y que, por pitos o por flautas, siempre pasa a segundo término. A ver si es posible que retome mi ritmo de escritura habitual y rellene unas cuantas paginitas cada día porque, aunque yo soy partidaria de dejar que las historias fluyan libremente y a su ritmo, con Tras la estela de un sueño me lo estoy tomando con tanta tranquilidad que casi estoy a punto de cambiar el título y llamarla «Tras la estela de una pesadilla». Por lo tanto, voy a ponerme fecha (que no os diré, para que luego no me acuséis de ser una informal) y dejaré que Rafa y Cris tengan el final feliz que ambos se merecen, de una vez por todas.
También he decidido poner ya fecha de inicio al Taller de Escritura que impartiré en los próximos meses, a petición de unas cuantas interesadas. No me regañéis más, que ya están a punto de dar comienzo las clases, así que en breve convocaré a todos los que os habéis inscrito para ponernos de acuerdo en los horarios y comenzar la tarea.
Por cierto, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, os informo a los que pudierais estar interesados que aún quedan algunas plazas libres, así que si alguien quiere apuntarse, no tiene más que informarse del temario y condiciones y, luego, ponerse en contacto conmigo para solicitar el impreso de inscripción.
Por otro lado, también tengo puestas todas mis ilusiones en el nuevo blog que el mes pasado iniciamos seis amigas y yo y que hemos llamado Pecados Capitales. Os recomiendo que os deis una vuelta por él, tenéis, como mínimo, una sonrisa asegurada.
Pecados Capitales es un espacio en clave de humor en el que, a través de la personificación de los siete pecados más denostados por las Sagradas Escrituras, intentamos hacer una divertida crítica social. Pero no os asustéis, que no se trata de otro blog de los cientos que pululan por la red sobre literatura, ni tampoco vamos a hacer allí más publicidad de nuestras novelas ni de nuestro trabajo, que para eso ya tiene cada cual su espacio, por mucho que todas tengamos algo que ver con el mundo de la novela romántica.
No en vano, tanto Teresa Cameselle como Lydia Leyte, Kelly Dreams y yo misma (Lady Soberbia, Lady Gula, Lady Ira y Ladi Lujuria, respectivamente) nos dedicamos al noble intento de publicar nuestros escritos; María José Losada (Lady Envidia), traduce para unos cuantos sellos de romántica; Trini Palacios (Lady Avaricia), comenta en la radio gallega sobre las autoras de este género, además de organizar el congreso de literatura romántica de La Coruña, y por último, Maite Vázquez (Lady Pereza —que cada domingo nos trae a unos pecadores con los que es un gusto pecar—), se traga cuanto libro sale al mercado, tanto nacional como internacional.
Pero, tranquilos, que no me voy a olvidar de este pequeño espacio mío, puesto que los que lleváis más de un año a mi lado os merecéis que os dedique un ratito más a menudo y, prometo que este año intentaré cumplir, también, con esta parte de mi compromiso.
Y, como no podía ser de otra manera, antes de que llegue febrero, me comprometo a hacer las presentaciones de mi última novela, Lazo Eterno, que la pobre mía no ha recibido la atención que se merece de su autora; es decir, de una servidora.
¡Qué mala madre soy, Dios mío! En mi descargo solo puedo decir que este último trimestre ha sido un poco alocado, pero que en los próximos meses prometo hacer una maleta, cual tonadillera de pro, y recorrer las principales plazas, empezando por mi ciudad, Madrid, y siguiendo por Sevilla, Zaragoza, Barcelona... y lo que se tercie. Incluso intentaré ir a veros a las Islas Canarias.
En fin, que no os canso más. Que ya dice el refrán que «el que mucho abarca, poco aprieta», así que no voy a ser egoísta y, de momento, voy a dejar aquí la lista de buenos propósitos. Pero, os garantizo que hay más, solo que os los iré contando poco a poco, para no aturdiros.
Por lo demás, no me queda más que desearos un felicísimo año 2013, en el que veáis cumplidos todos vuestros sueños.
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Cris7 de enero de 2013, 16:14
Feliz entrada de año....y que todos tus propósitos se cumplan...deseo fervientemente que podamos leer en cuanto se pueda esa que será una novela tan estupenda como con las que nos has deleitado.... Muchos ánimos y buen yu-yu para el año que acaba de comenzar y que debemos aprovechar al máximo... Besis
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Miss Rammie7 de enero de 2013, 19:31
Con muchas ganas de que lleves a buen puerto esa nueva novela (más que nada porque tengo unas ganas terribles de leerla :P ), y deseando que comience el Taller de Escritura. Mira que si me convierto en la Pamela Clare española, jeje...
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Lucía de Vicente7 de enero de 2013, 21:45
¡Todo se andará, Miss Rammie! La cuestión está en intentarlo y, con ganas, muchas veces incluso se consigue porque... "donde hay mata, hay patata". Y mata tenemos, sólo falta abonarla como ella se merece...
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Anonymous21 de enero de 2013, 17:04
Uff! Genial todos esos nuevos propósitos. No obstante, debo decir que lástima que el taller de escritura sea presencial porque al no ser de Madrid no puedo hacerlo y seguro que habría aprendido una barbaridad de alguien ocn tus conocimientos. Deberías pensar hacer algún curso on-line para que pueda hacerlo más gente. Yo seguro que me apuntaba. besos y que vaya todo bien.
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Lucía de Vicente22 de enero de 2013, 13:36
Jajajajaja, Anónimo. El curso no es presencial, sino on-line. Ve al dossier informativo y lo verás. Gracias por tu amable respuesta.
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